Las historias de Ángela Santos, estudiante de Psicología en Buenos Aires
Episodio 2/2020
Era viernes. 21 de febrero de 2020. Hacía un frío de locos en Amberes, una hermosa ciudad de Bélgica, en la que Ángela y Francisca estaban disfrutando desde hacía dos días. Las jóvenes habían llegado en autobús, en FlixBus para ser más específicas, desde la ciudad alemana de Düsseldorf.
—¿Ángela, no te parece increíble que se pueda viajar en autobús desde Düsseldorf a Amberes por solo 9,99 euros por persona?, le preguntó Francisca a su amiga mientras saboreaba su primer café de la mañana en el hotel belga.
—La verdad que sí. Absolutamente increíble. Pero creo que es porque la empresa se concentró en digitalizar un medio de transporte muy tradicional como es el autobús. Hace un tiempo leí que la empresa empezó como start up alemana y se convirtió en número uno de Europa.
—Sí, es muy posible. Pero bueno, hablando de organizar nuestro día, ¿qué vamos a conocer hoy?, siguió Francisca.
—Vamos a caminar, caminar y caminar, contestó Ángela. Vamos a ver la ciudad, edificios conocidos, parques, vamos a comer algo rico y típico de este país, vamos a probar todas las cervezas que podamos… contestó Ángela.
—Uy uy uy… mirá que no me quiero emborrachar, dijo Francisca, mordiendo su medialuna o croasán, como dicen en España.
—Claro que no nos vamos a emborrachar. Pero no podemos dejar de probar ni los mejillones con papas fritas, que parece que son una especialidad en Bélgica, ni las deliciosas cervezas que se producen acá.
Después del desayuno, las dos chicas tomaron sus mochilas, en las que habían puesto bufandas de abrigo, guantes, las guías turísticas sobre Amberes, mapas de la ciudad y algunas chucherías más y se pusieron en camino para recorrer toda la ciudad, conocer la mayor cantidad posible de edificios famosos y pasear sin rumbo observando a la gente y sus costumbres.
Cada tanto paraban en algún café, tomaban algo caliente, recargaban las pilas y seguían. El cuentapasos de Ángela contó ese día veinte mil pasos. Las chicas volvieron al hotel agotadas, pero felices y llenas de energía por todo lo que habían visto, escuchado, observado y aprendido ese día. La ciudad les había encantado y estaban segurísimas de que volverían en algún momento de sus vidas.
Archivo PDF: Las historias de Ángela Santos_2-2020
Gracias por la historia. Estoy interesado en aprender el idioma español y todavía soy un principiante en él. Gracias por sus esfuerzos. Saludos
Muchas gracias por tu comentario. Qué suerte que te guste el blog. Te deseo todo lo mejor para seguir aprendiendo el idioma.
Un abrazo,
Cristina