Practicar español: Mate Club de conversación en Buenos Aires
Nos conocimos en Mate Club.
Sí. Ahí nos conocimos.
Nos conocimos en Buenos Aires. Estamos ahora en Buenos Aires y me gustaría que expliques un poquito… bueno, primero: quién sos vos, qué estás haciendo aquí y después un poquito cómo funciona este Mate Club.
Perfecto. Mi nombre es Steve. Yo acá doy clases de inglés y también trabajo como traductor de alemán a inglés y de español a inglés.
Sos de Estados Unidos. También. Soy de Estados Unidos. O sea, tu nacionalidad es estadounidense.
Sí. Sí. Sí. Pero me mudé acá hace dos años.
Sí.
El Mate Club funciona de una manera de que hacemos 15 minutos en inglés, 15 minutos en español y en la mitad del encuentro cambiamos las mesas, así conocemos uno al otro, se conocen más personas y se practica un poco más. Al final siempre tenemos un juego y la mesa ganadora siempre gana un premio.
¿Y esos premios qué pueden ser?
Eso lo mantenemos en secreto.
Okay.
Sí. Hay que venir para averiguar.
Hay que venir para averiguar. Bien. ¿En qué lugares funciona? ¿Dónde? ¿Dónde lo hacen?
Lo hacemos en dos lugares distintos. Lo hacemos en Montevideo 241, en el centro, y también lo hacemos en Palermo en Thames 1885.
Y eso es Palermo… todo Ciudad de Buenos Aires.
Sí. Yo estuve filmando hace poco. Me pareció fantástico. Mucha, mucha, mucha gente.
Sí, bastante.
Tiene mucho éxito.
Bastante. Ahora. Crecimos un montón. Antes éramos unas veinte personas en cada encuentro que vamos y todos conocemos uno al otro y ahora viene un montón de gente.
Claro. Fantástico. Y a vos te parece que eso realmente es algo bueno para aprender un idioma, mejorarlo, ¿no?
Para mí cien por ciento (100%). Yo antes de venir acá por primera vez en 2013 —hice un intercambio— yo había estudiado seis años español.
Sí. En… En tu ciudad natal.
Sí. En mi colegio y también en mi facultad. Yo pensé que sabía todo, que ya: “Bueno, paso seis años estudiando… ya puedo conversar.”
Claro.
Y llegué a un encuentro y resultó que no entendí a nadie.
Claro.
Entonces yo venía cada martes y jueves, como lo hacíamos en ese momento, cada encuentro aprendía algo mejor, algo nuevo.
Algo nuevo.
Y con el paso del tiempo, con la práctica yo pude mejorar bastante y ahora tengo este acento que…
Es argentino. Es argentino.
Sí. Que se puede escuchar ahora.
Sí. Realmente. Y además vos trabajás con los idiomas, porque sos traductor, ¿no?
Sí. Ahí me mejoró el trabajo bastante. Ahora yo tengo la capacidad de interactuar con otros.
Claro.
… de una manera mejor. Y con una manera más… más tranquila.
Claro. Fantástico. Y estás casado con una chica que es brasileña, ¿no?
Sí.
O sea que también aprendés el portugués.
Sí. Yo empecé hace cuatro años a estudiar portugués también. Pero ella me ayuda… me ayudó a mejorarlo bastante.
Claro. Muchísimo.
Sí.
Claro. Es lo más importante… lo más fácil es casarse con una persona…
Claro. No te lo hace más difícil, te voy a decir.
Te lo hace más fácil. Y ella habla también muy bien el español.
Sí. Muy bien.
Vive acá y hace mucho tiempo, ¿no?
Sí. Hace ocho años que ella vive acá.
Sí. Habla igual… una porteña más.
Una porteña más. ¿Y Buenos Aires te gusta?
Sí. A mí me gusta la ciudad de Buenos Aires.
Te gusta la ciudad de Buenos Aires. Te sentís cómodo.
Sí. A mí me parece que hay mucha más oportunidad también. Muchas oportunidades para muchas personas. Que soy de un pueblito chiquitito de 9.000 (nueve mil) personas y transicionar a una ciudad con millones y millones de personas me parece un cambio increíble.
Muy grande. ¿Y cómo fue al principio para vos eso? Fue…
Al principio, un poco asustador. O sea que… del pueblo sabía todo, conocía todos los lugares y cuando llego acá tengo que conocer todo de nuevo.
Claro.
Encima en un idioma que yo no conozco…
Claro. Duro, ¿no?
Sí. Bastante. Pero, con el paso del tiempo voy acostumbrándome y es como metiendo la cara un poco, haciendo esos errores que nos da un poco de vergüenza.
Claro. Pero que no importa, en realidad. No es importante… no importa la vergüenza. Hay que atreverse a pasar esa barrera, ¿no?
Claro.
Esa barrera de la vergüenza.
Sí. Todos lo tenemos, pero hay que pasar esa… esa… esa frontera.
Esa frontera. De tener ese “miedo al ridículo”. Ese es el tema, ¿no?
Siempre tenemos un poco de orgullo, que yo ya sé cómo expresarme en mi idioma. Pero cuando tenemos que transicionar a otro idioma no tenemos esas herramientas que son necesarias. De cierta forma es un poco ridículo, pero es normal también.
Es normal.
Todos lo sentimos.
Es normal. Todos lo sentimos. Y eso es lo que siempre les digo a mis alumnos, que tienen que pasar ese miedo y cuando lo pasan ya van a empezar a aprender y van a hablar mucho más.
Sí, sí. Es siempre pasando ese límite que te da mucho más recursos y mucho más facilidad para aprender el idioma.
Claro. Claro. Y vos hablás inglés, español, alemán, estudiaste alemán, y portugués.
Portugués. Y también estoy aprendiendo turco y árabe.
¡Guauuu!
Sí.
¡Qué fantástico!
Sí. Me pareció muy interesante y también me hace un poco incómodo que es afuera de lo que yo conozco.
Sí, claro.
También hay que sacar toda la vergüenza que tenemos y meter la cara y aprender.
Súper. Súper. Steve, fantástico. Sos un gran ejemplo y muchas gracias por esta entrevista.
No, gracias por tenerme.
Muchas, muchas, muchas gracias.
Sí. Gracias a vos.