Una entrevista a Nicole Nau: cómo el tango cambió su vida

Una entrevista a Nicole Nau:

Cómo el tango cambió su vida

 

En este video les presento una entrevista a Nicole Nau: Cómo el tango cambió su vida.

Hola a todos y bienvenidos al blog Ganas de hablar. Yo soy Cristina y hoy tengo preparadas para ustedes dos sorpresas que son dos videos con entrevistas a Nicole Nau. Nicole es una bailarina de tango muy conocida a nivel mundial que se tomó el tiempo para hacer entrevistas con nosotros, ¿sí? Para que nosotros podamos conocerla un poco mejor.

Tengo dos videos preparados: el primero, que es este, en el que ella nos cuenta cómo llegó al tango argentino y qué es el tango para ella. Y el segundo, en el que ella nos cuenta un poco sobre sus proyectos actuales, sus actividades actuales y es muy interesante para gente a la que le interesa y le gusta el tango, y a la que le interesa viajar. Ella organiza viajes culturales a Argentina. Muy, muy, muy lindos. Así que disfruten esto y espero que les gusten mucho estos videos.

Buenas tardes a todos y bienvenidos al blog Ganas de hablar. Yo soy Cristina y hoy les quiero presentar algo súper bonito, porque estoy con Nicole Nau, hola Nicole.

Buenas tardes, buenas noches, es una alegría estar acá en la charla.

Muchas gracias, Nicole. Nicole es una persona muy especial, porque ella es alemana, de Düsseldorf, es bailarina profesional de tango y ahora nos va a contar un poquito sobre su vida y, bueno, cómo empezó con todo esto del tango, porque ella, en realidad, era diseñadora gráfica. Nos querés contar un poquito, Nicole, ¿Cómo empezaste con el tango?

Bueno, la historia empieza muy, muy atrás, digamos, la primera semilla de danza que tenía en mi historia era cuando era niña. Bailaba con los discos de pasta aún, de mi papá, y los sacaba, los puse, obviamente, en súper secreto, porque era prohibido tocar los discos de papá.

Me imagino…

Sí, absolutamente. Entonces, bailaba, de niña, casi toda la niñez y la adolescencia bailaba en secreto mi música, la música de papá y la niña que quiso bailar. Y después, obviamente como son las vueltas de la vida, de alguna forma mi padre no quiso que sea bailarina clásica… le era gente muy, como muy soberbia, entonces me mandaba a montar a caballo.

(Risas)… ahí perdí… pero bueno, las nenas con los caballos, también todo, todo muy bien

Entonces mi ambición de arte se fue para la pintura y en la pintura, ahí sí, el coraje no me alcanzaba. Dije: no. Vivir de la pintura va a ser muy difícil. Hacé Gráfica. Entonces al ser… estudié Gráfica, que es un trabajo… una profesión muy… digamos, muy creativa, pero no es artística.

Claro…

Es creativo, pero tiene un fin con un cliente. Entonces jamás puede ser arte. Puro. Que salga lo que uno tiene adentro. Entonces, la parte artística mía se quedó. Y empezó a sufrir. Y ahí, mientras trabajaba de gráfica ya, dije: no. Algo necesita salir, necesito… y ahí volvió el baile. Necesito bailar. Y buscaba: el baile clásico, el contemporáneo, el flamenco, esto, aquello, buscaba mucho y nunca era lo que quería hacer.

Hasta ese famoso día cuando me cruzo realmente con un papel que se me pega en el taco y casi lo quería sacar y tirar y, obviamente, la curiosidad me hizo mirar y el papel decía: curso de tango argentino. Ahí tomé contacto con el tango argentino.

¿Y esto fue en qué año, más o menos, y dónde?

Eso fue en Düsseldorf en la plaza… en el Karlsplatz, vivía en ese momento en la ciudad vieja, me había criado en Oberkassel que está del otro lado del Rin y… pero eso era en el Karlsplatz. Porque justo trabajaba en la Königsallee, en esa empresa… en esa agencia de gráfica, y estaba en camino a mi casa.

Y tomé el primer curso, la primera clase, bien. Digamos, la música me gustó mucho, pero… tenía algo como: Me gusta, pero hay algo mucho más… sentía que hay más ahí atrás.

Y cuando vino Tango Argentino, ese famoso Tango Argentino, hablamos del año 86, por ahí, Tango Argentino viene a Múnich. Me enteré, saqué un pasaje en tren, viajé a Múnich, me senté ahí en la fila 3… y bueno… ahí el destino estaba escrito.

Tu pasión total.

Sí… eso era… vi… escuché la música, escuché los cantantes, vi los bailarines, vi todo lo que pasaba ahí y dije: eso aquí, en Alemania, no se aprende.

Y ahí te fuiste a Argentina, ¿fue así?

Exactamente. Era aún estudiante, obviamente ya trabajando como gráfica, pero era estudiante y los estudiantes mucha, mucha plata no tienen… entonces para ahorrar un poco de dinero reservé un vuelo que daba vuelta por el mundo. Era ir en tren hacia Ámsterdam, de Ámsterdam hacia Toronto, de Toronto a Buenos Aires y, digamos, a los dos días llegaba a Buenos Aires.

Cuarenta (40) horas de vuelo.

Sí. Muchísimo. Y bueno. Una vez llegada a Buenos Aires… yo había visto ese espáctulo glamoroso… llego a Buenos Aires y… no era lo que esperaba. Era una ciudad de mucho calor, mucho cemento, mucho tráfico, mucha gente, mucha mugre, mucha suciedad, mucho ruido y dije: eso no es lo que había visto. Y me quería huir. Tenía reservado seis semanas y me costó mucho ese inicio. Me costó.

No fue fácil para vos.

No. No, para nada, porque no era “servido” el asunto. Digamos, llega Nicole y el tango se baila en la calle, para empezar. Segundo: era la época en que no había tango.

La gente no baila… los jóvenes bailaban otra cosa, pero no tango.

Sí, exactamente. Había… después un tiempito encontré algún profesor, que no era profesor, sino era alguien que bailaba y enseñaba y había cuatro o cinco salones, pero no más.

Así que tuviste que empezar, realmente, de cero, con mucha lucha. Mucha lucha.

Sí… de cero también por otro motivo: lo que había aprendido acá no me servía allá. No era… no digo que no era lo mismo. Era una cosa inventada aquí. Como… un poquito el alemán, en aquel momento, encontró a la música argentina como una cosa muy exótica, la cual es, algo que le toca mucho, que tiene mucha raíz nuestra, alemana: el bandoneón, la contradanza, el vals vienés, hay muchas como… muchas raíces, muchas huellas. Pero en Argentina se mezcla con la música negra, con lo árabe, con lo indígena, con lo aborigen, con muchas cosas… esa… esa… cosa de, como decimos aquí “Schmelztiegel”.

Sí, un crisol.

El fundir almas, la inmigración, la gente que no pudo hablar, que inventó una danza, realmente, de los pobres, o sea la rebelión percusiva, porque tiene mucho ritmo el tango.

Claro.

Y aquí le dieron mucha forma. Le quitaron mucho ritmo, le dieron mucha forma, le quitaron el llevar del hombre, como que era una cosa más… si casi más “light”, ¿no? Una cosa más formal. Entonces, al llegar ahí, tuve que aprender de vuelta. Y… pero era bueno, porque era justamente la época cuando empezó el auge del tango de vuelta. Estaba por morir y empezó desde el escenario, o sea desde arriba, pero empezó a surgir de vuelta. Y todos los que sabían bailar tango estaban de gira. No había gente en Argentina, en Buenos Aires, que bailaba. Estaban de gira con Tango Argentino.

Por el mundo con el tango argentino.

Sí. Un desierto total. Sí. Y… bueno, sin embargo cuando encontré esas… esos rinconcitos y esos secretos. Los secretos de Buenos Aires, que los encontré, me enamoré completamente de la ciudad, de la cultura, de… quería hacer eso. Nada más.

Porque la ciudad hay que, realmente, descubrirla, ¿no?

Sí. Buenos Aires, de por sí, no es bella a primera vista. Pero al descubrirla, sí, tiene sus cosas.

Y a las seis semanas volví y ahí el volver ya no era volver. Era volver a Argentina. Solamente mi alma gritaba: Quiero volver a bailar. Quiero estar allá. Y no pude volver. No pude regresar nunca más a mi vida anterior. La gráfica no me interesaba más, me eran horas que no pasaban… quería solamente bailar, bailar, bailar.

Cambiaste completamente tu vida.

Sí, y ahí vino en un momento, al medio año, porque sufría mucho en ese momento… vino un llamado. Y ese llamado era de Canadá. Un organizador desde Canadá, de un teatro, que dice: Estamos teniendo acá un espectáculo de tango y quieren que bailes acá. Y dije: Voy. Obviamente que voy. Dejé todo, dejé mi trabajo, mi casa, mis cosas, todo dejé. Dejé todo.

Y te fuiste volando para Argentina.

Si hubiese… no, eso era para Canadá. Hubiese querido irme volando. No pude irme volando porque no era la época de Internet. No había. Me habían dicho: Te mandamos el contrato. Y te mandamos el pasaje. No venía, no venía, no venía… Pasaba como… un mes largo hasta que me llegó el contrato y el pasaje, pero yo ya había cancelado todo. Entonces, en un momento, digo: y si todo eso fue una burla, un engaño…

Te asustaste.

Me asusté mal. Porque me quedé en una casa sin alfombras, sin muebles, sin ropa, sin futuro, y dije: si ahora yo que había dicho “voy al mundo a bailar”, no hay nada, me quedo con nada. Me quedo desnuda…

Claro… vamos a hacer una mini pausa.

Bueno. Hasta acá Nicole nos contó sobre su historia, sobre cómo empezó con el tango y cuáles fueron los hechos que la llevaron a Argentina y cómo fueron los principios, que fue muy difícil. En el próximo video nos va a contar sobre sus actividades actuales y sobre sus giras, sus shows de tango, sus clases y sus viajes culturales. No se lo pierdan, porque al final también la vamos a ver en acción, bailando tango con su marido y con todo su equipo. Muchas gracias por haber estado acá con nosotros y hasta el próximo video. Chau.

Archivo PDF: Una entrevista a Nicole Nau_1

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