Las historias de Ángela Santos, estudiante de Psicología en Buenos Aires
Episodio 1/2022
Era enero de 2022. El año había empezado muy bien, con una fiesta en familia y con algunos de los amigos y amigas de toda la vida. Ángela había ido a la casa de sus padres, Inés y Antonio. Este año habían venido de Europa las dos hermanas de Ángela con sus parejas: Viviana con su marido sueco, Sven Larsson y con los dos hijos, Alexander y Max. También vino Daniela con su novio. Viviana y su familia estaban viviendo con Inés y Antonio, que tenían mucho lugar porque la casa era grande. Daniela y su novio estaban viviendo en el departamento de Ángela. Dormían en el dormitorio de Ángela y ella se había pasado al sofá cama de la sala. Continuar leyendo «Las historias de Ángela Santos, estudiante de Psicología en Buenos Aires Episodio 1/2022»
Las historias de Ángela Santos, estudiante de Psicología en Buenos Aires
Episodio 2/2021
—Buenos días, señorita, dijo el joven al sentarse en el coche de Ángela.
—Buenos días, caballero. Veo que quiere ir al Hospital Alemán.
—Exactamente. Pero no se asuste. No estoy enfermo ni mucho menos. Es que mi mejor amiga vive a pocos pasos del hospital y por eso siempre indico que voy al hospital.
—Bien, no hay ningún problema. Yo no tengo miedo a contagiarme. Aquí en mi coche tenemos la distancia suficiente y sin la mascarilla o tapabocas, no lo llevaría, sonrió Ángela mirándolo en el espejo retrovisor.
—Claro. Me imagino. Yo sí tengo un poco de miedo, la verdad. Para ser sincero, ese es el motivo por el que no tomo los transportes públicos. Mis padres son muy mayores y yo soy el único que tiene contacto físico con ellos. Yo los ayudo mucho en este momento, ¿sabe? Les hago las compras, les llevo medicamentos, los ayudo a limpiar su casa…. Estoy muy agotado por eso.
—Hm… me imagino… ¿y no hay forma de que alguien lo ayude a usted? Porque siempre dicen que “hay que cuidar al cuidador”. Es muy importante que usted se cuide también, ¿sabe?
El hombre la miró por el espejo retrovisor también. Tenía unos treinta años quizás. Pelo castaño, ojos azules, no se podía ver su sonrisa debido a la mascarilla, pero Ángela estaba segura de que era una sonrisa bonita, porque sus ojos sonreían la mayor parte del tiempo. Cuando Ángela hizo el último comentario, él dejó de sonreír por un momento y parecía pensativo.
—Ya lo sé. Usted tiene razón. Pero es que como estoy tan ocupado con mi trabajo y el cuidado de mis padres, mi novia se sintió ofendida porque yo no me estaba ocupando de ella o de nuestra relación y me dejó hace dos semanas. Eso era lo último que yo hubiera necesitado, realmente.
Ángela pensó que el joven se iba a poner a llorar ahí mismo, en su Citroen rojo… y le dijo:
—¿Tiene la posibilidad de hablar con alguien de esto, además de la amiga a la que va a visitar?
—¿A qué se refiere? ¿Si estoy haciendo terapia? No. Aunque Buenos Aires es, supuestamente, la ciudad del mundo con mayor número de psicólogos, sonríe, yo no estoy haciendo terapia. ¿Por qué? ¿Usted piensa que debería hacer una terapia?
Ángela sonrió y le dijo:
—A mí no me lo puede preguntar. Le voy a decir que sí, porque yo soy psicóloga. Manejo este taxi solo para ganar un dinerillo hasta que termine mi doctorado.
El joven empezó a reír de buena gana y dijo:
—¿Entonces por qué no empiezo una terapia con usted y listo?
Los dos rieron y Ángela le dio su tarjetita, pero le dijo que esa no había sido su intención.
—En este momento no tengo tiempo para ocuparme, pero tengo alguien que le puedo recomendar. Se llama Marisol Nieves del Cabo y es una excelente profesional. Llámela lo antes posible. Este es su teléfono, anote por favor…
Bueno hola a todos y bienvenidos al blog Ganas de hablar.
Hoy con mi voz más o menos pero va a hablar Irina.
Irina es una amiga mía y una colega y nos va a contar un poquito sobre su vida y cómo fue… cómo llegó a Sudamérica y cómo después se trajo aquí el mate. Ella nos va a contar un poquito.
Vamos a hacer la entrevista en dos partes: primero sobre su vida y después sobre el mate.
Las historias de Ángela Santos, estudiante de Psicología en Buenos Aires
Episodio 1/2020
Ángela se desperezó, bostezó, estiró las piernas y los brazos, abrió los ojos y, en primer lugar, se asustó un poco, porque no podía recordar dónde estaba. Una habitación muy limia y ordenada, una sala, toda decorada en tonos de blanco y crema…
Un segundo después lo recordó: estaba en la casa de una amiga de su madre, Cristina, que vivía muy cerca de la ciudad alemana de Dusseldorf.
Era enero y una amiga de Ángela, Francisca, le había preguntado si quería viajar con ella unas semanas a Europa. Y como Ángela había terminado sus últimos exámenes universitarios y estaba lista con sus estudios, pensó: ¿Por qué no?
Ángela hablaba muy bien inglés, pero no hablaba ni una sola palabra de alemán. Pero no era muy trágico, porque según su amiga Francisca, todo el mundo hablaba inglés en Alemania y no tendrían ningún problema para comunicarse. Además, había varios argentinos viviendo en Europa, así que las dos chicas podrían quedarse en casas de amigas y conocer el viejo mundo. Bueno, Ángela ya había estado un par de veces, Francisca también, pero un viaje así era excelente como culminación de los estudios y antes de comenzar la vida de adulto propiamente dicha, con un trabajo, formar una familia quizás, etcétera, etcétera.
Francisca ya estaba en el baño, duchándose. Ángela escuchaba el agua de la ducha. En ese momento apareció Cristina, la amiga de Inés, la madre de Ángela, y la saludó:
—Buenos días, Ángela, ¿cómo dormiste?
Se acercó al sofá cama en el que estaba Ángela y le dio un beso en una mejilla.
—Súperbien, Cris, este sofá cama es comodísimo. ¿Y vos?
—Yo siempre duermo bien, gracias, querida. Voy a preparar un desayuno rápido y después salimos a recorrer esta preciosa ciudad. Quiero mostrarles el río Rin, la tranquilidad de las calles, el casco antiguo de Dusseldorf, el puerto de medios con los edificios de Gehry, la famosa Königsallee y mucho más. No van a poder creer lo ordenado que es todo acá.
—Excelente. Tengo muchas ganas de conocer, contestó Ángela.
—¿Cuánto tiempo se quieren quedar? ¿Ya lo pensaron?, le preguntó Cristina.
—Tres días, creo. Después queríamos ir a Múnich, Hamburgo, algunas otras ciudades alemanas, antes de seguir viaje a los Países Bajos, Francia, quizás España… vamos a ver. No estamos seguras todavía. Va a ser un viaje bastante improvisado.
—Los viajes improvisados son los mejores, dijo Cristina, que ya estaba preparando la mesa del desayuno, con tostadas, jamón y queso, pancitos frescos que acababa de comprar después de su caminata diaria de media hora por lo menos, varias mermeladas y yogures.
—Buen día, Cristina, hola Ángela, ¿qué tal durmieron?, preguntó Francisca al salir del baño.
—Hmmm, qué delicioso olor a café recién hecho. Me encanta.
—Me alegra, querida. Las dos dormimos fantásticamente bien. Espero que vos hayas dormido bien también, le dijo amablemente Cristina.
—Sí, muy, muy bien. Ese sofá cama es genial, siguió Francisca.
Las tres mujeres desayunaron con toda tranquilidad y después de levantar la mesa y guardar todo, se pusieron en camino rumbo a la ciudad de Dusseldorf. Tomaron el tranvía, que era un medio de transporte comodísimo, aunque relativamente caro. Pero así no tenían que aparcar el coche y tenían total libertad para pasear de acá para allá y recorrer toda la ciudad. Pasaron unos días fenomenales visitando la ciudad y sus atracciones y Ángela estaba muy feliz, porque de ese modo podía descansar un poco, cambiar de ideas, enfocarse en sí misma y pensar qué haría de su vida en el futuro. Le parecía importante dejarse llevar un poco por la corriente de la vida y ver qué oportunidades se le presentarían.
Cómo hablar mejor español: Algo muy personal sobre mi vida
Hola a todos y bienvenidos al blog Ganas de hablar.
Yo soy Cristina y este blog está pensado para ayudarles a las personas que tienen buenos y muy buenos conocimientos de español a mejorar sus conocimientos y a seguir motivados, a inspirarlos para seguir estudiando este idioma tan hermoso y hoy les voy a contar un poquito algo sobre mi vida personal.
Hola a todos nuevamente y bienvenidos al blog Ganas de hablar.
Yo soy cristina y este blog está pensado para ayudarles a mejorar sus conocimientos de español y estoy en este hermoso lugar… estamos acá en Argentina, en la provincia de Misiones. Es un lugar que parece ser el paraíso, ¿sí?